Javier Vera
grabó su nombre en los cimientos
recordó las pestañas reventadas
los párpados orgullosos de los ojos inmensos
las mariposas
se alejó
y desde fuera entendió el funcionamiento de la esfera
sin él
minó su propio cuerpo
adormeciéndose
descansaron los sesos
sangró la piel
se bronceó, recogió el granizo
armó una colección de piedras
pero no las pintó
subió las botellas a la última repisa
aquietó la escalera móvil
expuso sus imágenes
abrió la puerta que da al jardín
y con ropas nuevas recién malogradas
salió
destruyó la estructura
se rodeó de escombros y
pudo llorar
lleno de polvo, perdió la visión
cangrena
olor fétido en las piernas
fue e n t e r r a d o
encontró su nombre
y las piedras se hicieron edificio
el hombre se hizo obra
el olor se hizo recuerdo
y el tacto
mujer